La forma en la que los seres vivos se adaptan al medio puede ser sorprendente Científicos han descubierto en Hawai varias especies de orugas capaces de vivir cómodamente tanto en el agua como en la tierra Se trata de los primeros insectos anfibios que se han encontrado en el mundo La mayoría de las orugas comunes son terrestres y sólo un 0,5% viven en el agua Sin embargo, todas optan preferiblemente por uno de los dos medios Incluso los anfibios clásicos, como los sapos, acostumbran a vivir principalmente en un hábitat y sólo regresan al otro en ocasiones especiales, como para poner sus huevos Sin embargo, entre las Hyposmocomas, una familia que agrupa a más de 400 especies de polillas, hay al menos doce que pueden vivir con facilidad en el agua o en la tierra en su fase de oruga Les da lo mismo una cosa que otra «Pueden permanecer en el agua o fuera de ella durante un período indeterminado de tiempo» «No hay otro animal capaz de hacer algo así»
Fue un sábado, ya era casi mediodía y todos nos marchábamos a casa luego de disfrutar nuestra semanal mañana en la Unidad de Cría del zoológico.
La veterinaria me dijo, no te podrías llevar este búho, está muy mal y necesita cuidados especiales, no come solo. Traté de que mi voz pareciera normal, sí lo llevo y lo voy a cuidar, pero por adentro era una explosión de alegría.
Tapamos la jaula, la puse en el auto, la ajusté bien y volví a casa con el buhito.
Al principio nos mirábamos con recelo, no quería comer así que a la fuerza le iba dando pedacitos de carne, estaba desnutrido y tenía una antigua fractura mal soldada. No se qué desalmado lo tiró en el zoológico pero gracias a él o ella, yo me sentía en el cielo.
Fue mejorando, muy despacio, no dejaba pasar ninguna medicina. Empezó a emitir unos gritos, y yo le silbaba y contestaba.
Fui aprendiendo a conocer su comportamiento, de mañana estaba muerto de hambre, y claro son de hábito nocturno, así que me levantaba y corría a darle de comer. A veces si me demoraba me recibía con las alas abiertas y muy enojado, como reprendiéndome la demora.
Luego por largo rato daba vuelta su cabeza cuando le hablaba.
Una noche ya se durmió en el palo de la jaula, porque con la patita lastimada le costaba trabajo moverse. A la mañana siguiente estaba como el primer día, un montoncito de plumas acostado en el piso de la jaula. Hasta ahora me pregunto que habrá pasado.
Y comenzamos de nuevo, con la carne en el pico y estimulándola la patita. Esta vez le costaba más moverse, le puse un juguete de peluche y ahí se paraba como podía. Estaba atento a cualquier ruido y si entraba alguno de los perros no le sacaba sus ojos de encima.
Era una mirada intensa, profunda, casi agresiva que resultaba tierna. Cuando lo sacaba de la jaula, le gustaban las caricias debajo del pico, se iba durmiendo, podía quedarse así pero se me dormían los dedos a mi también.
Cada día era una sorpresa, estaba mejor y al siguiente más alicaído y el término aquí es literal.
Siempre a mi lado al lado de la computadora, cuando pasaba mucho tiempo sin que hiciera nada le silbaba y me respondía.
Una mañana como todas las que compartimos ese mes, le llevé la comida, ahora le cortaba tiritas muy finas de carne, comió una con mucha hambre pero no quiso más.
No le puse nombre, lo llamaba de mil formas, pero sabía que no era mío y que debía volver al zoo. Me preocupaba porque dudaba de que pudiera valerse por sí mismo y compartir una jaula con otros de su especie. También pensé en quedármelo. Bueno todo sería a su tiempo.
Esa mañana lo noté más quieto, me costó darle sus remedios, y lo poco que pasaba lo escupía.
A mediodía ya no quiso comer, y no sé, pero no intenté forzarlo, creo que lo presentía.
Si le silbaba me respondía tan bajito que casi no lo escuchaba.
Un rato más tarde lo saqué de la jaula, su respiración era agitada y lenta por momentos, lo que si sabía es que era distinta. Me quedé con el acariciándolo. Noté algo raro y me acerque más a la luz, sus pupilas se habían dilatado tanto que sus ojos eran dos agujeros negros, habían perdido la ternura. Lo seguí acariciando mientras mis lágrimas lo mojaban, te voy a dar de comer toda tu vida aunque no puedas caminar fuerza buhito….. pero cerró las garras y su cabeza se apoyó en mi mano.
Mi buhito y yo compartimos casi un mes, yo traté de que mejorara, e hice todo lo que pude. Pero el me dio mucho, muchísimo más. Me dio una lección de vida, de devolver el cariño y el cuidado, de lucha por sobrevivir y de saber aceptar cuando ya no se puede más, porque estoy segura que mi buhito se dejó morir, sabiendo que había perdido la batalla.
Por supuesto que estoy llorando mientras escribo esto para el blog que compartimos con mi queridísima amiga, pero a la vez que dolor siento la alegría de que mi camino se haya cruzado con ese buhito que me llenó el corazón de plumas.
Varias cigüeñas Sobre un árbol en el jardín Bang Lang de la ciudad Tho, de Vietnam El jardín, localizado a unos 40 kms del centro de la ciudad, tiene 14.000 metros cuadrados y más de 30.000 cigüeñas Bang Lang se está convirtiendo en un referente del ecoturismo en el sureste de Vietnam
Su nombre, 'Titulcia', hace honor a la localidad madrileña en la que nació Se trata de la mayor serpiente pitón de Europa y uno de los siete ejemplares más grandes del mundo Mide siete metros, pesa 100 kilos y tiene una espectacular boca con casi cien dientes Ha sido trasladada al parque temático de la naturaleza Faunia La pitón reticulada, aunque no es venenosa, mata a sus víctimas por constricción Se alimenta de Aves y pequeños y medianos mamíferos, como roedores, ciervos, monos e incluso leopardos Los ejemplares más grandes de esta especie, como la madrileña 'Titulcia', pueden llegar a devorar a un ser humano, como ha ocurrido en algunos países que conforman su hábitat natural Las selvas húmedas de de Asia sudoriental, Indonesia y Filipinas Algunos ejemplares miden más 10 metros y llegan a pesar 120 kg de peso Puede recorrer largas distancias en el agua Es un animal nocturno y se caracteriza por atacar a sus víctimas de forma muy ágil y rápida Es capaz de lanzar su ataque a una víctima a 2 metros de distancia en cuestión de décimas de segundo Mudan su piel cada año
Después de perder a sus Padres, un Orangután de tres años de edad estaba tan deprimido que se rehusaba a comer y no respondía muy bien a los remedios y los tratamientos. Los veterinarios creían que se dejaría morir. Un perro viejo fue encontrado perdido en los alrededores del zoológico, y cuándo fue llevado para la sala de tratamiento del zoologico, se encontró con el Orangután, los dos se volvieron amigos inseparables.
El Orangután encontró una nueva razón para vivir y se esfuerza al máximo. Su nuevo amigo lo acompa en sus actividades.Ellos Viven en el Norte de California y la natación es el deporte favorito de ambos, a pesar de que Roscoe (El Orangután) le teme un poco al agua y necesita la ayuda de su amigo para nadar
Pasan todo el tiempo juntos y podemos ver, por sus sonrisas cuan felices son
Juntos descubrieron el lado agradable de la vida y el valor de la amistad.
Este blog se lo dedico con todo mi cariño y admiración a Tamara, una gran amiga mia. Gracias a ella he aprendido a admirar y a respetar al mundo animal. Gracias Tamara por ser alguien tan especial. YASMIN